![]() |
Escuchalo si quieres |
El Rincón de Ademuz aunque pertenece a la comunidad Valenciana, se encuentra totalmente separado de la misma, ya que Castilla (por Cuenca) se une con Aragón (por Teruel), aislando, con sus límites, de su Región, hecho que contribuye aún más por la deficiente red de comunicación viaria con ella, así como la distancia relativamente corta con Teruel (48 Km. de Ademuz).
Está situado geográficamente en la parte Nor-Oeste de la provincia de Valencia, bañado por el río Turia, se compone de un conjunto de siete pueblos y de ocho aldeas.
Podemos decir que han pasado varias culturas por esta región entre otras la musulmana y la cristiana. Sobre la cultura musulmana podemos contemplar las ruinas de una gran fortaleza. Y Sobre la cultura cristiana podemos decir que en 1212 fue conquistada por Pedro II de Aragón y posteriormente tomada por Jaume I el conqueridor en el año 1259. Y finalmente 1656 sufrió un gran terremoto.
Los primeros datos históricos sobre El Rincón de Ademuz, datan del siglo XIII. La comarca fue reorganizada tras la conquista cristiana: el Rey Pedro II, padre de Jaume I, tomó en el año 1.210 los castillos de Castielfabib y Ademuz, doce años antes de la toma de Ares del Maestrat, inicio de la campaña de Jaume I (1.233 - 1.245).
Hasta aproximadamente 1260, El Rincón de Ademuz no pasó a pertenecer al entonces Reino de Valencia. Pero el origen de los actuales límites data del acto de donación del Rey Jaume I, del lugar de Arcos de las Salinas al Consejo de Teruel el 17 de junio de 1269.
Desde ese momento hasta la actualidad la comarca ha sido siempre territorio valenciano. Durante el siglo XIX en dos ocasiones se trató de desvincular al Rincón respecto a Valencia, pero se evitó la separación. El decreto del Rey José I del 17 de abril de 1.810 de nueva organización territorial del Estado en Prefecturas englobaba a la comarca en la Prefectura del Alto Guadalaviar, pero el retorno de los Borbones impidió su entrada en vigor.
En 1.812, con la nueva división provincial liberal de 1.812, El Rincón pasaba a formar parte de la provincia de Teruel, pero la vuelta al poder de los absolutistas en 1.823 anuló la medida.
En todo este periodo lo que siempre ha permanecido inamovible ha sido el límite territorial de la comarca, a pesar de que los numerosos errores cartográficos de representación han provocado que durante siglos El Rincón unas veces apareciera unido al territorio valenciano y otras a territorios distintos. Hasta finales del siglo XVIII no existe una correcta representación del Rincón como enclave administrativo.
En la actualidad, Ademuz cuenta con tres núcleos poblacionales: Val de la Sabina, Mas del Olmo y Sesga.
Val de la Sabina es la aldea más cercana a la villa y, en la actualidad, también
una de las más pobladas. Se asienta en una ladera del margen derecho de
la Rambla del Val, afluente del río Turia La población domina el pequeño valle que conforma esta rambla y cuyas fértiles tierras se aprovechan para el cultivo.
En Val de la Sabina destaca la ermita de San Miguel Arcángel,
del siglo XVI. También la antigua escuela, recientemente remodelada.
Por lo que respecta a la arquitectura popular, también se puede observar
buenas muestras de edificaciones tradicionales en sus estrechas y
tortuosas calles.
Hay que destacar también el interés que tiene su patrimonio natural.
Junto al Val de la Sabina transcurre un tramo del PR-V 131.6, Ruta del
Bohilgues y del Val.
Su fiesta patronal es el día de San Miguel Arcángel en Septiembre.
Mas del Olmo es una aldea de la Villa de Ademuz, situada al NE, al SO de la Sierra
de Javalambre, que alcanza su altura máxima a los 2020 m y al N de la
sierra de Tortajada cuya altitud es de 1514m. En la actualidad cuenta
con una población en invierno de 25 habitantes, la mayoría de ellos
jubilados.
En
los periodos vacacionales, sobre todo en verano, la población llega a
los 400 habitantes, como en sus mejores tiempos antes de la guerra
civil. El irresistible atractivo de la vida moderna y la falta de
productividad de unas tierras, a las que cuesta sacarles el sustento,
ahuyentó, ya hace decenios, a los antiguos moradores. Lugar ideal para
todos aquellos que quieran disfrutar de paz, tranquilidad, disfrutar de
vistas panorámicas inigualables y respirar aire puro.
Deambular
por sus empinadas calles, observar sus muros descompuestos, algunos
tejados doblados y corrales quebrados enseña a descubrir la lejana en
técnica pero cercana en tiempo, vida de los nativos.
Se
desconoce a ciencia cierta el origen y antigüedad de la aldea.
Posiblemente entre 250 y 300 años, teniendo en cuenta las edificaciones
actuales. Los primeros habitantes se asentaron en las proximidades de lo
que hoy es el casco urbano de la aldea: unos en la Mirándula, otros en
las Casas de Arriba y otros en el Hustal.
Una
parte de la aldea se emplaza entre la Rambla de Mas del Olmo y un
pequeño afluente de ésta, mientras el resto se extiende sobre una ladera
a poniente. Su ubicación corresponde a una área de sedimentos
terciarios fuertemente abarrancada o acarcavada, lo cual da lugar a
centuados repechos en su callejero y a una morfología desordenada y en
la que se distinguen varios barrios.
El
citado espació entre barrancos es ocupado en su parte inferior por el
barrio de La Plaza, agrupación compacta que pese a su denominación
únicamente cuenta con una placeta. Unos escasos cincuenta metros en
ascenso lo separan del barrio de La Ermita, el cual se inicia con la
Iglesia Parroquial de Santa Bárbara y culmina en el antiguo cementerio.
El
cauce del barranco sirve de divisora con el barrio de la era donde se
encuentra justo al pasar el puente el horno y la casa del Ayuntamiento,
de reciente restauración y convertido en El Museo del Horno, la antigua
escuela y la casa del practicante. En esta margen del barranco se ubica
asimismo el frontón y el local social.
La
calleja une el barrio de la era con el barrio de El Puntal, ascendiendo
entre bancales de secano. Las casas del Puntal se agrupan alrededor de
otra plaza. Más allá, rodeando la aldea encontramos las eras y los
pajares.
Esta
aldea ya contaba con 30 casas habitadas a finales del siglo XVIII, lo
que demuestra las dimensiones que había alcanzado por aquel entonces,
produciendose una etapa de crecimiento como consecuencia de la cual
tenía 53 casas en 1852 y 55 según el nomenclator de 1860. posteriormente
se produjo una etapa de relativo estancamiento prolongado hasta la
segunda década del siglo XX. A partir de este momento experimento un
lento crecimiento-estabilización que le permitió alcanzar el máximo de
población en el año 1950 con 401 habitantes censados. Esta evolución
positiva del periodo, diferente de la dinámica comarcal, estaba
vinculada con el auge de las minas de azufre de Libros. Tras el cierre
de las mina y la crisis de la economía local, la despoblación ha hecho
disminuir a 312 habitantes en 1960 y a 33 en 1996, pese a que cuenta con
un centenar de viviendas censadas.
Sesga
es una aldea a 10 Km de Ademuz en plena Sierra Tortajada, una de las
estribaciones de la Sierra Javalambre. En ella se encuentra el "Mojón de
los tres Reinos", punto de unión de Castilla, Aragón y Valencia, y
donde la provincia de Valencia se separa del Rincón de Ademuz.
Actualmente
habitan de forma permanente en la aldea, 10 vecinos. Las viviendas en
condiciones de habitabilidad son 70 (casas unifamiliares), las cuales
son ocupadas por sus dueños durante temporadas a lo largo del año
(épocas vacacionales, Pascua, Navidad, Festivos largos...). De 15 a 20
personas jubiladas, residen en la aldea en los meses de Marzo a Octubre,
debido a su sana climatología y ambiente agradable. Los antiguos
vecinos han arreglado unas 70 casas donde pasan parte del verano,
llegando a reunirse en las fiestas del pueblo (del 14 al 16 de agosto)
unas 400 personas.
Debido
a la replantación forestal y los nulos servicios imprescindibles para
un núcleo urbano "el agua, la luz, el teléfono..." (actualmente
conseguidos) la gente fue fijando su nueva residencia en Tarragona,
Barcelona, Castellón y pueblos cercanos a Valencia, como Moncada,
Sagunto, Sedaví, Alzira, Alacuas ...
En
el año 1991 se constituyó la Asociación de Vecinos de Sesga que
organiza las fiestas y tratan ante las Instituciones todos los temas que
se encuentran sin solucionar hasta ahora. Las principales son :
- Luz en SESGA actualmente en proyecto (Algunas casas ya tiene LUZ)
- AGUA en SESGA actualmente la mayoría de las casas tienen agua.
- El teléfono en SESGA disponible desde hace varios años.
Actualmente sólo hay una fuente pública.
Las 7 joyas del Rincón de Ademuz: Ademuz, Casas
Bajas, Casas Altas, Castielfabib, Torrebaja, Puebla de San Miguel y Vallanca.
Casas Bajas como pueblo comienza el 5 de junio de 1838, fecha en la cual obtuvo la gracia de SM (en tiempos de la Regencia de Mª Cristina), para constituir ayuntamiento propio, realizándose el señalamiento de su término en 1841 ó 1849 (según fuentes). Hasta entonces esta población fue una aldea dependiente de la jurisdicción de la villa de Ademuz. El botánico Cavanilles en 1797 la menciona con el nombre de Casas Baxas. En cambio Miñano, en su Diccionario geográfico de 1826, la cita como Casas de río bajas. Lo cierto es que Madoz ya lo reseña como pueblo en 1845 y con su denominación actual.
El edificio más representativo es la iglesia parroquial del Salvador, situada junto a la plaza del pueblo. El actual templo se edificó a comienzos del siglo XIX; fue eregido en parroquia en 1745 bajo la advocación de la Transfiguración del Señor, independizándose de la parroquia de Ademuz. La fachada y el campanar se rehicieron posteriormente y adquirieron un estilo neoclásico (recientemente se ha restaurado el campanario). Desde 1960 pertenece a la archidiócesis de Valencia. El templo es un edificio sólido de orden moderno, con una sola nave de 69 pies de largo, 36 de alto y 35 de ancho, con 8 altares y el mayor que fue del convento de San Francisco de Castielfabib. El coro se halla sobre el umbral de la puerta, terminando la fachada en una torre para dos campanas.
La plaza está en el centro del pueblo, donde estuvo antiguamente el cementerio hasta el año 1834, que se construyó otro a las afueras. La casa típica es de piedra con fachada enjalbegada y tejado con dos vertientes, con regular inclinación. Consta de tres plantas y las cuadras se hallan en las casas. La cocina es de lumbre baja provista de campana, como combustible se utiliza la carrasca. En la actualidad con la sustitución del ganado mular por tractores las cuadras se están sustituyendo por garajes o vivienda en planta baja.
Casas Altas es una villa de origen musulmán que fue conquistada por los cristianos en 1210 e incorporada al Reino de Valencia por el rey Jaime I en 1259. Fue una aldea dependiente de Ademuz hasta 1838, año en que fue declarada municipio independiente.
Su primitivo nombre fue Casas del Río Altas, siendo aldea dependiente de Ademuz hasta 1845, en que se declaró municipio independiente.
Referente a la constitución de Casas Altas como pueblo independiente de Ademuz y su delimitación municipal, se ha conservado el documento denominado "Deslinde del término de Casas-altas, con la Villa de Ademuz" (1845), donde se refleja el acuerdo tomado en Vallanca el día 22 de noviembre de 1844 por los jueces árbitros -don Joaquín Pérez y don Baltasar Adalid- nombrados para dicho fin por Ademuz y Casas Altas respectivamente, ante don Ignacio Clemente, Juez Comisionado para estos autos.
Castielfabib constituye, junto con Ademuz, una de las dos villas históricas de la comarca del Rincón de Ademuz: desde la conquista cristiana por parte de los aragoneses, en el siglo XIII, ambas fueron incorporadas al dominio real como villas de realengo y tuvieron representación en Cortes.
Sus orígenes, sin embargo, son mucho más antiguos. En la Solana del Soreico, existen restos de la Edad del Bronce, quizás de un poblado de esta cultura, sobre el que se levantó, ya en la Edad del Hierro, otro establecimiento ibérico. Restos romanos aparecen en el Castillo de Fabro, al oeste de la villa. En el Castillejo, en la partida de los Santos, se encontró en 1971 un fragmento de lápida romana que se conserva en el Museo de Prehistoria de Valencia.
La población fue conquistada en 1210 por Pedro II de Aragón, siendo recuperada por los musulmanes nuevamente. Al ser conquistada definitivamente por Jaime I quedó como lugar de la Corona, cediéndose los diezmos al Temple. En 1304, fue empeñada por Jaime II a Gil Ruiz de Lihori, en garantía de un préstamo. En 1319 al ser disuelta la Orden del Temple, sus derechos pasaron a la de Montesa, que constituyó la baronía de Castielfabib, formada por el territorio del Rincón de Ademuz. En 1390, hubo una disputa entre la orden de Montesa y el obispado por la intervención religiosa en la villa, siendo necesaria la intervención del Papa para solucionarla. Como villa real, Castielfabib enviaba periódicamente su síndico a las Cortes Valencianas.
Durante la guerra de la Independencia fue ocupado por los franceses. Los carlistas entraron en 1835 y reedificaron el castillo, siendo demolido nuevamente al ser ganado por las fuerzas gubernamentales.
Su término municipal prácticamente se ha mantenido invariable desde tiempos medievales; desde entonces únicamente se ha constituido un término municipal a costa del territorio de Castielfabib: Torrebaja, minúsculo señorío ya existente en la baja edad media.
En la actualidad, Castielfabib cuenta con cinco núcleos poblacionales: Arroyo-Cerezo, Cuesta Del Rato, Los Santos, Mas De Jacinto y Mas De Los Mudos.
Arroyo-Cerezo: Núcleo situado a 18 km. al oeste de la Villa de Castielfabib y a 1.330 m. de altitud. Se accede a él siguiendo la N-420 en dirección a Cuenca y a unos 10 km. del desvío de Castielfabib encontramos el desvío que nos lleva a este núcleo en el que viven 33 personas. Su fundación data de finales del siglo XVI. El "Royo", como popularmente se le conoce, está compuesto por tres barrios: el "de arriba", el "de abajo" y el "de en-medio" y en él se puede vivir el auténtico ambiente rural.
Cuesta Del Rato: Se encuentra a 3 km. al noreste de Castielfabib y a 912 m. de altitud. Podemos llegar a él siguiendo la carretera que va desde Castielfabib al Cuervo y desviándonos a 2 km. a la derecha. Encontraremos una pequeña población acarasolada en la que actualmente viven 54 personas.
Los Santos: Se encuentra a 6 km. al este de Castielfabib y a 784 m. de altitud. Se accede a él desde el empalme de la N-420 con la N-330 a unos 100 m. siguiendo dirección a Teruel. Se trata del mayor núcleo del municipio ya que en él habitan 192 personas.
Mas De Jacinto: Esta población se encuentra a 14 km. al este de la Villa y a 770 m. de altitud. Se accede a ella desde el empalme de la N-420 con la N-330 y siguiendo dirección a Teruel se pasa por Torrebaja y después de recorrer 6 km. llegamos a este núcleo en el que viven 59 personas.
Mas De Los Mudos: Esta población se encuentra al este de la Villa y a 740 m. de altitud. Se accede desde el empalme de la N-420 con la N-330 y siguiendo dirección a Teruel se pasa por Torrebaja y después de recorrer apenas 2 km. se llega al que es sin duda el más pequeño de los núcleos que tiene el municipio ya que en él viven 8 personas.
Torrebaja fue una aldea de Castielfabib que con la desparición de los Señoríos y Mayorazgos en 1808 se constituyó en municipio independiente. Tras la orden de la regente María Cristina por la que se debían disolver los municipios de menos de 30 vecinos, en el años 1841 Torre‑Alta unió su destino municipal a Torrebaja.
Torrebaja acogió desde su fundación la inmigración de gentes de otros pueblos de la comarca, como se puede observar por los apellidos de los vecinos de los municipios del entorno comarcal. Es también Torrebaja el pueblo más moderno y cosmopolita de la comarca, quizás por su situación y comunicaciones en relación con los demás pueblos.
En Torre‑Alta, aldea de Torrebaja, podemos ver el magnífico Torreón y Casa Solariega de los Garcés de Marcilla, uno de cuyos descendientes, llamado D. Diego, es al que se le atribuye el protagonismo masculino en "Los Amantes de Teruel".
En Torrebaja se conserva la Casa del Señor de Castilblanque, con su hermosos torreón de "Los Picos", en la plaza del Ayuntamiento, vigilando el paso del Turia junto al "Rento".
La ermita de San Roque, en las Eras, es una de las pocas del pre‑Rincón de Ademuz, del que nos habla la Carta‑Puebla que firmara Pedro II de Aragón (padre de Jaime I el Conquistador) en el año 1210 en la plaza de las Armas de Castielfabib.
Otra ermita, la de San José, se halla en el paraje de "Los Villares", primitivo asentamiento árabe de la antigüa Torre Hondonera (Torrebaja) del Villar de Orcheta, probablemente mezquita‑oratorio de los tiempos anteriores a la conquista cristiana.
Torrealta formó parte del Término General de Ademuz, villa de dominio real. Posiblemente en el siglo XV, Torrealta fue segregada del término de Ademuz por la Corona Aragonesa y asumió su dominio la familia Garcés de Marcilla. De este modo constituyó un pequeño señorío dentro de las tierras del Rincón de Ademuz, de jurisdicción real.
Su relativa importancia le vino dada por situarse a la vera del Camino Real, lugar de gran tránsito de gentes y mercancías.
En el siglo XIX, dada su escasa población, Torrealta pasó a integrarse en el término municipal de su vecina Torrebaja, que había experimentado un crecimiento demográfico mayor.
Puebla de San Miguel es uno de los siete municipios a los que se le atribuye una fundación posterior a la conquista cristiana y así parece indicarlo su propio nombre de "puebla". Perteneció en principio al señorío de la corona aragonesa, aunque formando parte de la Encomienda de Montesa. Más tarde, pasó a Miguel Rico, quien la vendió por una cantidad bastante elevada. Sus agrestes parajes fueron refugio de partidas carlistas y la población tuvo que padecer varios despojos por parte de los guerrilleros.
La Carta de Privilegio por la que el rey don Carlos III (1759-1788) concedió el título de villa a Puebla de San Miguel es un documento que se halla en el Archivo Histórico Municipal de la Villa -uno de los más ricos y mejor conservados del Rincón de Ademuz-, y está firmado por el propio monarca, datado en El Pardo (Madrid), el día 12 de febrero de 1765. Su texto se halla inserto en un libro encuadernado en piel con cierres de latón. Ocupa los diez primeros folios, escritos por ambas caras -recto y vuelto-, con letra color salmón y amplio trazo, lateralizada hacia la derecha.
Se trata de un típico instrumento de concesión de villazgo, datado al comienzo del reinado de Carlos III, un rey abierto a las directrices europeizantes de la época, prototipo del despotismo ilustrado: Todo por el pueblo, pero sin el pueblo.... Conocido el interés del monarca en la repoblación y mejora de España, el título de Villa Real concedido a Puebla de San Miguel puede verse como acicate y estímulo para favorecer el asentamiento de la población al territorio, dados los beneficios económicos y de otro tipo que suponían la liberación de la autoridad juridiccional de Ademuz, su villa matriz. Precisamente, en años próximos a la concesión de aquel privilegio la población censaba unos 120 vecinos (López, T., 1775), frente a los 50 de principios de la centuria (Campoflorido, 1713).
La tramitación del expediente debió ser muy laboriosa, dada la oposición de Ademuz a la segregación de una parte de su territorio. Finalmente, sin embargo, el rey se avino en conceder a la referida Universidad de la Puebla de San Miguel en mi Reyno de Valencia, el Privilegio que solicita de que se la erija en Villa Real, separándola de la Villa de Ademuz>. Tras el pago de las correspondientes tasas administrativas y usando de sus reales y absolutas prerrogativas como Rey y Señor natural, eximió, sacó y libró a la población solicitante de la jurisdicción de la villa de Ademuz y su término, «y la hago villa de por sí, y sobre sí, con jurisdicción civil, y criminal, alta y baxa, mero y mixto imperio en primera instancia, para que se gobierne por sus justicias, sin dependencia alguna de las de dicha Villa de Ademuz».
El imperium era la autoridad de poder ejecutar las decisiones judiciales, para lo que se distinguía entre el mero y el mixto imperio. El primero se refería a la alta juridicción criminal, incluyendo poder ejecutar las penas corporales más graves: muerte y mutilación de miembros. De esta forma se facultaba a las nuevas autoridades de la villa para poder conocer y tratar causas, pleitos y negocios civiles y criminales, tanto de los vecinos como de las personas de paso que hubiera en la villa y su término.
Respecto al término y jurisdicción, hace referencia al que le tocare, «así por vecindad, como Dezmería o Alcavalatorio», aludiendo a que será el juez que fuera a darles la posesión del villazgo quien determinaría la parte geográfica que le correspondería a la nueva villa: según el número de vecinos y por dezmería (territorio del que se cobrava el diezmo) o alcavalatorio (impuesto indirecto castellano que gravaba las ventas y permutas entre vecinos).
A continuación faculta a la nueva villa para poder proponer y nombrar junta en su Ayuntamiento; esto es, personas que ejerzan de alcaldes ordinarios, regidores, procuradores generales, alcaldes de la hermandad... Y manda a los alcaldes y a cualquier otro funcionario de la villa de Ademuz que para siempre jamás se abstengan de intervenir en los asuntos propios de la Puebla de San Miguel, toda vez que la nueva villa tiene ya territorio exclusivo y alcaldes y ministros que la rijan en la primera instancia de la jurisdicción civil y criminal.
Es así como el rey permite y desea que pueda colocarse horca y picota y otras insignias jurisdiccionales de autoridad, según acostumbraban ponerse en las villas que tenían dicha competencia alta y baxa, mero y mixto imperio en primera instancia. Semejantes distintivos de autoridad también existieron y están documentados en Castielfabib y en Vallanca.
Asimismo, encarga al príncipe don Carlos –su amado hijo y heredero, el futuro Carlos IV (1788-1808)-, y manda a los infantes y todos los personajes y cargos de la administración de justicia, militares y eclesiásticos..., y cualquier otro ministro de sus reinos y señoríos, y singularmente al Gobernador, Capitán General, Regente y Audiencia del Reino de Valencia, incluidas las personas de cualquier estado, grado y condición a quienes afecte lo contenido en estas disposiciones, que guarden, cumplan y hagan cumplir la presente Carta Real y lo contenido en ella: que no vayan contra lo dispuesto, ni consientan ir, ahora ni nunca, ni de forma alguna, por ninguna razón. Empero, lo más interesante del párrafo está en la descripción de los distintos miembros y cargos de la administración del estado absolutista español del Antiguo Régimen, donde se hacen evidentes los distintos estamentos de aquella sociedad y algunos de sus componentes.
Declara que por dicha merced –concesión del villazgo- la nueva villa ha realizado los pagos correspondientes (equivalente a ciento cincuenta reales de vellón), la misma cantidad que deberá pagar cada quince años, «perpetuamente, para siempre jamás»: dicho pago habrá de constar por certificación en la contaduría correspondiente, añadiendo que de no hacer el desembolso la disposición y el derecho quedarán sin efecto.
Finalmente, el monarca Ordena que se tome razón en los Libros de las Contadurías Generales de la Hacienda Real, estableciendo para ello un plazo, contado desde la fecha, reflejando el haberse otorgado la Escritura de obligación correspondiente a los plazos quincenales. La data se realizó en el palacio del Pardo,a los doce días del mes de febrero de mil setecientos sesenta y cinco, y lo firma de su mano: Yo el Rey>, don Carlos III.
Vallanca es un municipio de la comarca del Rincón de Ademuz localizado al oeste. Su término limita al Norte con el de Castielfabid y Salvacañete, al Este con Ademuz, al Sur con Casas Bajas y al Sudoeste con varios municipios de la provincia de Cuenca (Moya, Garcimolina y Algarra). El término municipal tiene una extensión de 56.49 km2 y su relieve es muy abrupto, siendo el principal accidente geográfico el valle del río Vallanca o Bohigues, que atraviesa el término de Oeste a Este y desemboca en el río Túria en la misma población de Ademuz. La agricultura y la ganadería son las principales actividades de la población: la primera es de secano (cereales y viña) y solo se encuentran algunas huertas cerca del río Vallanca; mientras que la ganadería existente es la ovina y la apicultura.
La población alcanzó su máximo demográfico en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando pasó de los 78 contribuyentes que encontramos en 1712 (unos 351 habitantes) a los 230 vecinos de 1794 (1035 habitantes). Dicha población se mantuvo relativamente estable hasta los años cuarenta del siglo XX. A partir de entonces se ha producido una emigración masiva que ha dejado a la población reducida a menos de una cuarta parte. En la actualidad la población de Vallanca es de 187 habitantes. Dentro del término municipal se encuentra la aldea de Negrón, actualmente casi despoblada.
Históricamente, la población de Vallanca es una de las más antiguas del Rincón de Ademuz, pues aparece documentada en el siglo XIII como una parroquia independiente de Ademuz. Pero si bien eclesiásticamente tenía una cierta autonomía respecto de Ademuz, jurídicamente formó parte del término general de Ademuz hasta fines del siglo XVII, aunque los primeros intentos de segregación se remontan al siglo XVI. Un primer paso lo encontramos el 6 de noviembre de 1542, cuando se firmó una concordia entre las parroquias de Ademuz y Vallanca por los límites de sus delmarios, ya que las tierras de Vallanca son mucho más frías que las de Ademuz, por lo que se dio permiso a los pastores de Vallanca para que pudieran llevar sus ganados a las tierras bajas de Ademuz. Medio siglo después, en 1594 los vecinos de Vallanca solicitaron la segregación de Ademuz. Por entonces la población de Vallanca ya superaba los 100 vecinos. El tema se resolvió por una concordia firmada entre las dos poblaciones el 24 de abril de 1596, por lo cual la villa de Ademuz concedió una mínima autonomía a los vecinos de Vallanca, los cuales se erigieron en universidad, con un justicia que podía conocer causas judiciales inferiores a las 10 libras.
Pero los problemas con Ademuz continuaron, sobretodo porque Ademuz incumplía sistemáticamente la concordia de 1596. De hecho las primeras denuncias son de 1599 y continuaron posteriormente. La segregación definitiva de Vallanca se produjo un siglo después, cuando obtuvo el Real Privilegio de Villa Real de 14 de abril de 1695. Carlos II envió como comisionado a Bruno Salcedo, oidor de la Real Audiencia de Valéncia, el cual el 10 de diciembre reunió a toda la población en la iglesia para darles posesión del título de Villa Real. Para evitar los grandes gastos que provocaba un proceso de segregación, en septiembre de 1696 las villas de Vallanca y Ademuz acordaron nombrar un juez arbitral que se encargara de repartir los cargos que adeudaba la villa de Ademuz entre las dos poblaciones, así como también los propios de dicha villa, y por último realizar la segregación del término municipal. La división definitiva de los términos se produjo tres años después, en 1699.
A fines del siglo XVIII tenemos la descripción de Vallanca que nos ha dejado el botánico Cavanilles “Hállase Vallanca en una cuesta rápida; sus calles y edificios sin gusto, ni más comodidades que las precisas para el abrigo de 200 vecinos, de las caballerías y frutos. En esta pobreza aparente, o desaliño natural, vive un pueblo feliz sin luxo ni necesidades, pero laborioso y activo. Echanse de ver estas qualidades ya en el cultivo de las huertas y conducción de las aguas, ya en el cuidadoso trabajo de secano, ya finalmente en la industria de colmenas. Es este pueblo dueño de lo que cultiva, dicha desconocida en Santa Cruz; y el derecho de propiedad excita en el hombre ideas útiles, que ni la pobreza ni la esclavitud pueden conocer. El suelo recompensa bien las fatigas; pues en medio de haber porciones incapaces de cultivo, y de tener el término solamente una legua de oriente a poniente, y legua y media de norte a sur, rinde al año 1000 fanegas de maíz, 9000 de trigo, 1800 de cebada, 1400 de avena, 1000 de nueces, 80 de judías, 200 cántaros de vino, 250 arrobas de cáñamo, mucha manzana, y más de 4000 colmenas, que en años regulares dexan unos 40 reales de ganacia. En estos frutos entran también los de Negrón, aldea de 30 vecinos, situada al asur de Vallanca”.
A mitad del siglo XIX, según el diccionario de Madoz, Vallanca tenía “300 casas, incluida la del Ayuntamiento y cárcel; escuela de niños a la que concurren 40, dotada con 1500 reales; iglesia parroquial(Nuestra Señora de los Angeles) de término, servida por un cura patronato real y dos beneficiados, los que presentan los parientes y el Ayuntamiento, y un cementerio bien ventilado… en su radio comprende el sitio inmediato a la población llamado las Eras, con más de 200 cambras de un piso, con grandes puertas, en donde se colocan las mieses; una cueva de tosca natural, de 50 palmos de extensión y de 40 de altura, que sirve de abrigo a los pobres mendigantes, y un pinar reservado para la conservación del edificio, puentes, azudes y calzadas del común”. Más adelante el diccionario de Madoz nos detalla las producciones de la población: “trigo, cebada, avena, maíz, vino, cáñamo, patatas, frutas, y hortalizas; mantiene ganado lanar, cabrío, y mular; industria: agrícola, 8 telares de lienzo y paño ordinarios, 3 molinos harineros, 2 de aceite, 3 fábricas de aguardiente y 2 tiendas de abacería:. A partir de 1940 se ha producido una emigración masiva a Valencia y Barcelona, lo que explica que su población se haya reducido y envejecido notablemente.
La parroquia de Vallanca se halla entre las más antiguas del Rincón de Ademuz , documentándose su existencia ya en el primer tercio del siglo XIII. No obstante, el templo parroquial que hoy podemos contemplar, que vino a sustituir al antiguo, tomó su aspecto definitivo al final del siglo XVII. Se trata de un edificio barroco que posee planta longitudinal, con ancha nave central y seis capillas laterales comunicadas entre sí.
De su interior lo más destacable es la utilización de la decoración en esgrafiado, cuyos motivos son característicos de la última década del siglo XVII y están realizados en blanco sobre fondo negro. Aunque presentes en otros templos comarcales, los esgrafiados se desarrollan con especial amplitud y perfección en la iglesia de Vallanca y son, sin duda, los mejor conservados.
Su construcción tuvo lugar durante el primer tercio del siglo XVII. La planta en forma de cruz latina. Del exterior sobresale su portada, consistente en un sencillo arco de medio punto de amplio dovelaje, así como las numerosas cruces de talla insertas en los muros, cuatro de las cuales aluden a su advocación trinitaria original. Es célebre la romería que se efectúa el 16 de agosto, con gran afluencia de fieles.
Situada en la aldea de Vallanca. Siglo XVIII. La estructura del edificio es de una simpleza franciscana: planta rectangular, dividida en tres tramos que constituyen capilla mayor, cuerpo y coro. Desde 1868 la ermita de Negrón adquirió el rango de iglesia parroquial, servida por un rector.
La Ermita de San Roque erigida originalmente bajo la advocación de la Santísima Trinidad, su construcción tuvo lugar durante el primer tercio del siglo XVII. La planta en forma de cruz latina, poco habitual en la comarca, conforme a los ideales del Concilio de Trento. Consta el edificio de nave única, dos capillas laterales y una mayor. En el interior destaca la cubierta de la nave, trabajo de carpintería antiguo muy bien conservado, así como la bóveda vaída que cierra el crucero, poco común en la arquitectura comarcal. Del exterior sobresale su portada, consistente en un sencillo arco de medio punto de amplio dovelaje, así como las numerosas cruces de talla insertas en los muros, cuatro de las cuales aluden a su advocación trinitaria original.
Molino de la Villa se construyó a finales del siglo XVI, instigada por dos vecinos de Vallanca. Aunque en un principio contó con la oposición de la municipalidad de Ademuz, que entonces tenía el derecho de instalación de hornos y molinos en su término municipal, el molino de Vallanca finalmente fue erigido y en su fachada luce el escudo que distinguía los edificios municipales ademuceros, las cuatro barras en losange y coronadas de la Casa de Aragón.
La Casa Abadía: edificio de finales del siglo XVI, demolido recientemente. Se conserva todavía el escudo familiar del cura párroco que mandó construirla. Actualmente está en nueva construcción de locales municipales y de una planta para la parroquia.
La villa de Vallanca cuenta con numerosos rincones con encanto. Un buen número de casas todavía lucen su aspecto original, con las técnicas constructivas vernáculas, que se hallan entre las mejores del Rincón de Ademuz.
En cuanto a las edificaciones en el ámbito rural del secano vallanquero destaca: , una construcción de piedra seca, paradigma de las existentes en diversos puntos del ; tanto por su gandiosidad como por su formal debería estar catalogada e inventariada -Inventario del Patrimonio Europeo (IPCE)-, incluyéndose entre los monumentos locales más singulares, pues su valor arquitectónico la hace universal. Dichos edificios entroncan con las construcciones protohistóricas y de , y fueron erigidas como refugio de agricultores y pastores en distintos momentos históricos de la expansión ganadero-forestal y agrícola de la comarca.
Patrimonio Cultural Religioso
Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, edificio barroco del siglo XVII, al menos en su revestimiento. Restaurado después de la Guerra Civil. Formado por tres naves con pilares y columnas adosadas, arcos de medio punto y bóvedas de cañón con lunetas, coro y torre a los pies de la nave del evangelio. Cabe destacar los esgrafiados que tapizan columnas, arcos, bóvedas y cornisas.
Iglesia de San Antonio de Padua (Negrón), edificio barroco del siglo XVIII, afectado por la reforma de 1.952. Situada en el centro de la aldea de Negrón es de una sola nave con pilastras y arcos de medio punto, la portada es lisa adintelada.
Ermita de la Santísima Trinidad. Segunda mitad del siglo XVII. Sobre la clave del arco de medio punto que da entrada al templo se encuentra rústicamente en piedra, la Cruz Templaria, representante de los poseedores del Castillo de Ademuz. Puede ser de un antiguo edificio del siglo XVI que se prolongaría hacia la derecha de la misma, mientras que el actual crucero, cubierto por una bóveda semiesférica y con brazos formados únicamente por dos arcos de medio punto, sería posterior, de influencia renacentista y de los siglos XVII y XVIII. Se trata de una de las ermitas históricas del Rincón de Ademuz. Dispone de una magnífica panorámica del entorno.
Civil
Casa Diezmera, en el año 1.232 fueron devueltos a la Diócesis de Segorbe-Albarracín los términos de Tormón, El Cuervo, Huélamo, Castielfabib, Ademuz, Vallanca y Puebla de San Miguel. En 1.661 pasó Vallanca a ser la tercera Encomienda de Montesa de la comarca, con derecho a la percepción de diezmos, que eran depositados en este viejo edificio que muestra la Cruz de Montesa, esculpida en la clave del dintel sillar de la puerta de entrada.
Casa Pósito, con fachada de sillarejo y lindero con arco sillar de medio punto. Fue durante siglos lugar de acopio de grano como trigo y otros. El pósito local prestaba a labradores y vecinos para siembra y consumo en casos de necesidad, realizando una gran labor social.
Lavadero (Negrón), uno de los lavaderos más relevantes de la comarca por sus características y mantenimiento de las técnicas y materiales tradicionales. El lavadero se asienta en el interior del paraje de la Fuente del Chopo por lo que constituye un elemento complementario más su visita. El acceso es posible a pie desde la citada fuente o desde Negrón con unos cuatrocientos metros de paseo.
Defensa fluvial del Bohigues, tramo de diques de piedra que bordea el cauce del río Bohigues. Costosa obra de encauzamiento destinada a incrementar la capacidad de desagüe del río, representativa de las iniciativas de esta naturaleza existentes en diversos cauces comarcales. Se encuentra próxima a Vallanca y existe acceso por el camino que recorre el río por la ribera izquierda.
El Puente, es el puente más antiguo sobre el río Bohigues. Se encuentra a la salida de Vallanca en dirección a Negrón y da nombre al paraje.
Molino de la Villa, uno de los más antiguos de la comarca, del siglo XVII. Tiene en una de sus fachadas el escudo de la Ciudad de Valencia en piedra y conserva intacta toda la maquinaria, aunque el edificio se encuentra en muy mal estado. Se ubica a las afueras de Vallanca por lo que el acceso a pie es sencillo; también es posible visitarlo en vehículo por el camino agrícola que discurre ante el molino; el Molino de los Bizcos, se encuentra en mal estado de conservación y parcialmente recubierto por la vegetación. Se ubica en la Cuesta de El Molino, a unas decenas de metros del acceso a Vallanca por un sendero; el Molino de Abajo, se encuentra en buen estado de conservación. Resulta interesante desde el punto de vista arquitectónico por su mantenimiento de técnicas y materiales tradicionales pero además presenta la singularidad de su complejo cárcamo y sistema de drenaje, auténtica obra de ingeniería.
Barracas, en El Cerro hay numerosas barracas construidas enteramente de piedra, una de ellas, la más grande, Barraca de Josezón, da nombre al lugar en donde se encuentra.
Caleras de El Losar, el mayor conjunto de caleras de la comarca, integrado por cuatro de estas construcciones, tan presentes en el pasado en El Rincón. Se encuentran a varios kilómetros de Vallanca y adyacentes a un camino que, en su último tramo, impone algunas restricciones a la circulación de vehículos.
Yesera de La Vega, instalación transformadora de mediados del siglo XIX, singular en el contexto comarcal por sus características y que permite conocer este proceso transformador tradicional, aunque se encuentra en estado ruinoso. Está situada en La Vega, no muy alejada de la villa, y existe acceso fácil hasta las proximidades mientras que en el último tramo del camino puede presentar algunas dificultades, sobretodo cuando llueve.
Corrales del Cerro, singular conjunto de construcciones integrado por gruesos muros de piedra para encerrar el ganado y barracas de piedra en seco. Destaca la existencia de dos galerías de gran longitud que discurren por el interior de muros de piedra, un elemento que singulariza a este conjunto de construcciones y lo convierte en uno de los más interesantes del Rincón.
----------------
En épocas pasadas, la población del Rincón fue muy superior en número; sin embargo, la crisis socioeconómica del siglo XX provocó un flujo migratorio, contando, en la actualidad, con alrededor de tres mil habitantes repartidos en sus siete municipios.